jueves, 21 de enero de 2016

Abandonar a los hijos



Abandonar a un hijo cuando más necesita a los padres, significa dejarlo sin atención ni cuidado, sin el amparo y protección que necesita, convirtiéndolo así en un ser desvalido con daños quizá irreparables en su ser.


Algunos padres recurren a elaborados mecanismos de justificación, y mientras más lo hacen, más endurecen su corazón a la verdad de estar cometiendo una acción inhumana, por la que rechazan asumir con plenitud el amor al mayor de lo dones. Es la más vil manifestación del egoísmo y cobardía de quien es incapaz del amor verdaderamente personal.

Muchos padres jamás abandonarían a su hijo al frente de la puerta de una casa. Pero existen muchas formas de abandono que suelen no ser evidentes y que han adquirido aceptación en muchas conciencias. Formas que tienen una historia en común: el engendrarlos fue la parte fácil, luego, vino la crianza que exige una educación con un amor de abnegación y sacrificio, durante bastantes años. Y que se niega de diferentes formas, de diferentes maneras.

Algunas formas:

Cuando, Doña Exitosa y Don Exitoso no tienen tiempo personal para su hijo por su importante “autorrealización”, donde el tiempo es “oro” y no da para pensar en otros, aunque ese otro sea el hijo. Lo resuelven entonces apelando al malentendido tiempo de calidad y dándoles bienes no debidos, como lo son todos los carísimos artilugios electrónicos, entre otras cosas, y pagándoles además costosos colegios con horarios de 7.00 a.m. a 7.00 p.m. que incluyen clases extracurriculares.

Cuando el tiempo que se le debe al hijo, se invierte en el club, el gimnasio, en reuniones sociales; dejando su educación al internet, la televisión o la nana.

Cuando se le deja todo el día con los abuelos “porque lo cuidaran bien y lo quieren mucho”.

Cuando al hijo adolescente se le envía por años a estudiar en un internado a otro país, porque importa más que aprenda una lengua extranjera, en vez de acompañarlo en una etapa de crecimiento en la que más necesita el acompañamiento, el refuerzo afectivo de los padres, de su cercanía personal.

Cuando el hijo se convierte solo en la tarjeta de presentación de sus padres, que condicionan su aceptación personal a que sea un brillante estudiante; con un futuro promisorio en donde supuestamente tendrá colocación segura en el mercado de trabajo, sin riesgo de desempleo, muy bien retribuido económicamente y con una posición social por la que pueda contraer matrimonio con una joven de abolengo. Es el forzado protagonista de la novela rosa de los padres.

Cuando lo padres olvidan que la verdadera educación se da en el ser de los hijos, y solo lo miden por los resultados en el tener, saber, hacer. Cuando se niegan a escuchar, a comprender y comunicarse para ayudarlos a dirigir con plena libertad su propia vida, cualquiera que sea su vocación y ser feliz.

Cuando los padres en conflicto, usan a sus hijos como guantes de box es sus frecuentes peleas.

Cuando los padres se divorcian y tratan la tutela de los hijos, como si discutieran por la casa o el coche, sin considerar el gran daño que les hacen.

Cuando el hijo ayuda a los padres trabajando, de tal manera, que se le considera más que nada como un sujeto que es útil, productivo, rentable.

Cuando se convierten en válvula de escape de la presión que sienten los padres ante las pruebas de la vida, siendo entonces violentados, humillados.

Cuando los padres desconocen que su valor más excelente es saber amar, acogiendo al hijo solo por ser quien es, desposeído de todo. Que un amor así, estructura la personalidad armónica del hijo mediante la identificación y experiencias vividas con ellos.

Por eso, para bien o para mal, los padres serán siempre el principal referente de la identidad de su hijo.

Artículo originalmente publicado por Revista Ser Persona

miércoles, 13 de enero de 2016

Movimiento Mamá Grinch


Me gustaría decir ¡Feliz Navidad!...   pero no ...  soy Muy Grinch.... mejor digo "feliz año" refiriéndome al año nuevo, y deseando que sea de verdad muy feliz. porque de verdad lo deseo para ustedes verdad verdad...¡¡¡ En serio!!!

En otra entrada comentaba que llevo una campaña sin tregua en contra de las mentiras o mejor dicho (usando lenguaje responsable y positivo) una campaña en pro de la "verdad" en toda circunstancia. así que por obvias razones, mis hijas son de las pocas de su clase que tienen un poco mas" información"  que el resto de sus compañeros de clase acerca del tema de la navidad, con excepción de mi hija mas peque que este año cumple 8, tienen instrucciones de NO  hablar sobre el tema de los regalos, y quien se encarga de estos, Hasta el momento ho ha habido quejas, creo que la información les dio "Empowerment"por saber algo que los demás no y mantenerlo en secreto como agentes especiales.

Y cuando les cuento a las otras mamás el detalle que mis hijas a los 10 años conocieron la verdad, es entonces cuando me convertí en la mamá Grinch que hoy soy, y orgullosamente me convertí.

Si, ya se... ¿¿porque hasta ahora?? ...mas bien creo que es algo que llevo desde hace tiempo, la época navideña y yo no hemos sido buenas amigas; Para empezar.... La agenda se te atasca de eventos sociales(posadas que no son posadas)no es tanto que no me guste la pachanga es que quisiera estar en todas y ya no tengo la energia para tanta fiesta pero si el hambre para comerme cualquier buñuelo o tamal que se atraviese y no puedo decir que no a los ponches y menos con piquete  ....mmhhh ... y no estoy diciendo que tenga mucha invitación, lo que sucede es que con tres chilpayatas que si son  "socialitas" (un poquito mas que su madre) pues se extiende la ocupación de cada día, por lo regular soy una persona agradecida y optimista  me gusta verle el lado bueno a las cosas y disfrutarlas lo mas que se pueda, pero esta vez pienso quejarme agusto, con respecto a esta época del año.



La Navidad esta muy relacionada con un concepto religioso al cual no soy ajena, no pretendo darme golpes de pecho,( para los que me conocen pensarían que para mi es muy fácil hacer eso) ni tampoco deslindar por completo que esta fecha en particular , es importante para muchas creencias y todo tipo de "espiritualidades" pese a todo lo que genera en nuestros corazones y almas hablar de la navidad; hoy me quiero quejar amargamente por el extremo consumismo caótico que tiene esta temporada... el trafico se vuelve insoportable, la gente se convierte en¡¡ monstruo!!( si generalizo una disculpa)

Los adultos nos volvemos impacientes e intolerantes, con temor de que el tiempo se nos acaba... si nos detuviéramos a pensar un segundo,  que ese segundo,  ya paso también y  se nos acabó, que no solo pasa cada fin de año, sino que el tiempo se nos acaba, desde que pensamos que en eso mismo.
Podriamos vivir segundo,  como el mas valioso que tenemos, ya que es el ÚNICO que existe ¡No hay mas!


Los niños, con ellos pasa ¡peor! se convierten en los tiranos mas entrenados que existen, transforman sus caras lindas en toda una maquina de manipulación, exigiendo  juegos y juguetes que a veces li-te-ral-men-te ¡¡¡no existen !!!  para poner a prueba a "Santaclos" o al niño
Dios o a cualquier  "Ente" encargado de llevar mágicamente los regalos debajo del árbol y  tratan de retarlo a probar su  poder incalculable

Lo peooooorrrrrr ( perdonen ustedes si hiero algunas susceptibilidades )  ahora con un intruso que les ayuda a tirar cosas en la casa, a hacer las travesuras mas inimaginables, que lepone ejemplos de tretas, engaños y maldades  a todos los amiguitos, este cómplice de" horror" que invade las casas modernas de niños de entre los 5 y los 11 años de edad, desde Noviembre aparece para ser un alcahuete mas de "Santaclos"  y  comprueba  que se porte bien el peque... mientras los papás se rompen la cabeza deshaciendo las casas para volverlas a hacer  como si no tuvieran suficiente.

¿Se imaginan como crecerán esos niños? pensando que los llegaba a vigilar un "ser" para dar reporte de su buen comportamiento el cual estaba perfectamente autorizado para poner un cajón entero de ropa interior regado por todo el cuarto y rallar los espejos con el lápiz labial favorito de mamá ¿En que mundo vivimos? no puedo con eso, disculpen.... por favor.... no puedo...

No quiero comparar  y decir. "en mis tiempos" porque ademas que me siento la mas ruca de las rucas,  hoy no es posible decir eso, ellos viven  la era del despertar de  la conciencia, la era de la tecnología, la era de lo virtual y lo intangible, la era de la fe, porque pueden creer en lo que nosotros les decimos ... ellos están llenos de imaginación y creatividad...ellos son nuestros maestros eternos .... no necesitamos fomentar la magia... ellos creen en las cosas que no se ven con los ojos o se sienten con las manos, aprendamos nosotros de ellos, pues, pueden crear el mundo que se imaginan y no necesitan la bola de falacias y mitos navideños para mantener su inocencia. si supiéramos la diferencia que existe entre inocencia e ingenuidad se calmarían nuestras ganas de extenderla por tanto tiempo (me refiero a la ingenuidad)

 Inocencia:
Condición del que está libre de culpa o de pecado, Falta de malicia
Ingenuidad:
Característica de la persona que es sincera, candorosa y sin doblez , que actúa sin tener en cuenta la posible maldad de una persona o la complejidad de la situación 


Considero Importante pensar que la inocencia es inherente  no tiene nada que ver con hacer creer a nuestros chiquis, nada, ellos creen y confían en nosotros "ingenuamente" sin dobleces, sin pensar que los engañamos  en ningún momento.
Se que la satisfacción de dar a nuestros hijos lo que ellos anhelan ¡¡no se compara con nada!! .... Pero.... Hay un punto en su infancia,  donde las dudas les atacan , y es ahí donde nosotros debemos aprovechar para preguntar porque la duda y atacar con la verdad, pues  después podría ser demasiado tarde.

He visto niños de mas de doce años hacer malabares con los sentimientos de sus padres; Con los mismos cuentos que ellos  inventaron , creen en su supuesta "inocencia" y la confunden con "ingenuidad".

Así,  se transforman en maestros de la manipulación, utilizando las mismas palabras que decían sus papás,décadas atrás, con una memoria impecable (como la suelen tener los niños). y en la supuesta extensión de su ilusión,  llegan  hasta el punto donde creen que el niño,  grandulón (casi barbón), todavía piensa que todos los cuentos navideños son ciertos, bueno.. no quiero desilusionaros papás, pero su hijo, les pregunta ese tipo de cosas solo porque ya sabe las respuestas, y necesita su confirmación, pues al final de la linea ustedes son la fuente de la verdad, nosotros como padres somos guías de los hijos.

Me parece deprimente de la época.... ver padres gastar sus sueldos y aguinaldos completos en regalos inútiles para los chiquitos que no los aprecian porque después de todo los trajo santa no los papás ... y así no tienen a quien agradecer el regalo, por otro lado,  existe también el chantaje -tu nunca me comprarías esto asi que mejor se lo pido a Santa.

¿Cómo podemos pedirles confianza después? si hemos dicho todas las mentiras del mundo solo para tapar una mayor mentira y todavía les pedimos que sigan creyendo pues de lo contrario no recibirán regalos navideños ... aun así los hijos confían en sus padres , aun así los padres quieren que los hijos no crezcan y que no se desilusionen tan pronto y que no se topen con la cruda realidad desde temprano...  y de eso se trata la magia. ahí es donde está la  Navidad.

Si la Navidad quiere decir literalmente  "Nacimiento" y espiritualmente habla de renovación y de preparación para el fin de año o de un ciclo, que mejor, que tomarlo como es, y pensar que, en nosotros está la verdad, que es lo mismo al amor, la ausencia de miedo, la confirmación de que solo por estar,  ya se esta bien, eso nos hace regresar a la verdadera inocencia, nos permite creer en todo, creer que la magia, la fantasia y la creatividad estan contenidas en cada niño y nos hace sorprendernos con su sencillez y con lo poco que necesitan para ser felices.

Pues ellos igual que nosotros,  anhelamos el momento familiar y el abrazo, que en muchas casas tarda un año en llegar...

Es lo que realmente vale  en las Navidades, los momentos felices, la algarabía, la fiesta y hasta la vanidad y enfiestamiento, se disfrutan mucho mas, compartiendo los momentos y no los regalos costosisimos que convierten todo en un gran exceso de gastos y deudas que nos dejan al final con un sentimiento de vacío.

Por último les quiero compartir que la navidad y yo... poco a poco hacemos  las paces, no me emociona la temporada, lo único en lo que encuentro belleza es en el frió y recibir regalos ¿A quien no?

Como muchas madres no me resisto a las ofertas de fin de año, el consumismo puede ser una adicción difícil de dejar y casi imposible de detener cuando estas en los descuentos de las tiendas en fin de año...

NO me gusta y definitivamente NUNCA  me gustará de la navidad  es la banalidad con la que se puede llegar a ver la temporada no solo por la compradera sino también por  la cantidad de basura, botellas desechables y papeles de envoltura que se tiran cada día durante las épocas decembrinas. No lo soporto.

Por si tenían pendiente .... que si hubo algún regalo para las pobres hijas de esta mamá "grinch".... Que si le fue permitida la entrada al "ente" que proporciona mágicamente juguetes y los coloca debajo del árbol, pues ... si...  ¡claro!  al final de cuentas no soy mas que otra señora de la casa que como todas nos interesa que nuestra progenie sea aceptada socialmente  (aunque sea un poquito),

¿Que si yo compre regalos a alguien mas que no fuera mi viejo que nunca le regalo nada mas que en su cumpleaños o navidad? - pues si ¡otra vez!  no hay nada mas increíble que entregar un detallito y sonreír y dar abrazos al por mayor como desquiciada necesitada de aprobación y cariño...  (si me gusta regalar, pero me choca comprar regalos, ese es otro tema muy extenso) .







Otra Mamá Grinch.. experta en pedagogia y psicologia infantil